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Bienvenida

7000 millones de mundos, cada uno por un habitante, cada uno por un suspiro y un sueño diferente. 7000 millones de realidades que son bienvenidas a éste, mi mundo.

Este blog está realizado en pos de recuperar un viejo vicio, escribir. Y a esto busco sumarle una cuota de constancia que en líneas generales siempre me ha sido difícil de mantener, y la razón principal por lo que no he abierto éste espacio hasta el momento.

Estudios realizados a nivel internacional muestran cómo crece de manera “alarmante” la población mundial, normalmente se refieren a las zonas pobres. Éste fue uno de los motivos para nombrar mi blog de ésta manera: mi preocupación por la palabra “alarmante”. Alarmante deja de ser cuando contamos a un amigo, un familiar o alguien amado en la sumatoria. Esos no cuentan dentro de los 7000 millones porque esos son “parte”, el problema son “los otros”; esos son “alarmantes”.

Cuando dejé de preocuparme por los “alarmantes” comencé a preocuparme por el nombre del blog nuevamente, sobretodo porque según Naciones Unidas en 2050 seremos 9000 millones y ahí sí, la preocupación seria: ¿tendré que cambiar el nombre del blog? Bueno tal vez para ese entonces ya no sea una más de los alarmantes, entonces dejo de preocuparme y empiezo a ocuparme…

Un blog con aires de cambio, que refleja la experiencia cotidiana teñida de barro en el bolsillo y acotaciones de los más grandes. De aquellos que pasan por la vida aleccionando y de los que deciden tomar la vida como una enseñanza; los dueños de la verdad, los inquilinos y los procuradores; los creyentes y los comprometidos, los conscientes de su compromiso y los no-conscientes comprometidos. Los que esperan del destino y los que se adueñan de la acción, los que creen que leyendo esto pueden encontrar algo y los que lo hacen por cariño. A todos ellos: Bienvenidos!

Gracias por venir, gracias por estar y gracias por irse a vivir un mundo mejor.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Prisión preventiva

Ese compromiso, esa habilidad de respuesta que busco ante tus interrogantes se acotan al servicio del lenguaje, mi cuerpo que sabe gritar apasionado por tus rincones se esconde ante tus esquinas cuando en un verso quiero describir tu belleza. En ti el arrojo del mundo, las canciones que bajan de los cielos y emergen del infierno, la calvicie de mis muslos, la traición de mis ojos, sombras centinelas de todas mis murallas acurrúcate en esta noche de nostalgias inquietas y detente por un instante a recoger lo que ha quedado de nuestro amor. Y en los aposentos del caído talla tu nombre y deja tu perfume. Obedeceré la obligación de perderte con el recuerdo de sentirte, con la excusa del olvido cruzaré tus calles y me encontraré en tus verdades, me encolerizaré con tu sexo y haré bandera  de tu historia. Prudencia al escucharte, templanza para hablarte, pierden,  las partes del alma pierden  la justicia de tu mirada que todo la abarca y nada lo guarda.
Derrochando la dignidad de creer, contorneando en un suspiro los placeres que entregas y ofreciendo lo que queda que es todo lo que tengo. Un mago de semáforo te hizo desaparecer y cuando el verde lo espantó te volví a ver, en toda tu inmensidad, en tu altura, en el caminar, al lado del transeúnte, golpeando la mejilla del conductor, tendiendo una mano amiga al florista, en el camino, cayendo de él.  
Los milagros que ya no hablan de los dioses, esos que ahora hablan de los hombres, arrojan una mano firme al reclamo de tu clemencia, te piden mejor rompiendo todo lo que hay, se llevan en sus bolsas el presente y te exigen futuro, te recuerdan pasado y te piden utopía. Eres en tu esencia una poesía que busca amantes, una narrativa que arroja parroquianos que rezan tu pecado. Una nave recoge de tu puerto el peso de mis sueños, su capitán ríe mi desdicha, sus tripulantes lloran mi anhelo de pertenecerte por siempre en un instante. Callen el ruido, silencie los fusiles, alcen los tambores y escuchen la sinfonía de sus pasos, de gigantes enternecidos, de pequeños gigantes. Golpeen con su verdad los bancos de las plazas, destruyan con su mentira la mañana que borré sus luces. Ya no somos, esto es un secreto entre tu recuerdo y mi noche.  Yo te he comprendido, yo no te sentencio, yo solo quiero prisión preventiva para tu abrazo.
Si no podemos traspasarnos para amarnos, te encuentro en nuestros límites para no olvidarnos…
Después de todo, hemos sido solo una noche, Buenos Aires, hemos sido solo una noche. 


domingo, 22 de septiembre de 2013

De Este a Oeste…

Porque, desde el pecado hasta la mentira
desde lo prohibido hasta la oscuridad
desde el fuego hasta el invierno
desde la imposibilidad hasta lo imposible
te amé con precaución desmedida.
Porque, en momentos de clarividencia
sólo te vi en mí
en momentos de ceguera,
no pretendas que no siga tu sombra.
En días como estos te sigo amando hasta la ausencia
desde la completud hasta la carencia.
Desde el júbilo a la doctrina.
Desde el blanco y negro
a la primavera.
En mi almohada se alojan,
todos los perdones que pude ofrecer
y en mi alma todos aquellos,
en los que necesite creer.
Desde el placer,
a la razón
Desde la rumba,
al bandoneón
Desde la brutalidad,
hasta la caricia
Te amaré,
con inconsciencia de artista.
Por ti fui,
desde el blanco
hasta el misil.



viernes, 13 de septiembre de 2013

El problema real de la edad…

El problema no es que pasen los años, es verlos pasar. No es que se arrugue la cara, es que no haya sido de tanto sonreír o de haber llorado hasta sentir el piso. El problema es que en los años que pasen hayamos contado de uno en uno en vez de contar los segundos, en vez de contar las veces que nos quedamos sin aire y en las que tomamos el mundo en una bocanada, que el tiempo sea un recordatorio del pasado y no un aprendizaje para el futuro, que mirar atrás sea un vicio y  no una virtud. Que el café huela a soledad y no a complicidad, que se cuenten más ausencias que presencias; no ver en nuestras soledades nuestra propia compañía, y ver en nuestras fiestas más  gente que en nuestros funerales. Es no haberle dado la cara al amor, es haber evitado el sufrimiento, no haber encontrado errores suficientes en nosotros mismos, es habernos creído nuestras propias mentiras, es habernos llenado de excusas. Explicarnos para no cambiarnos, en el último segundo o con un gran recorrido por delante. Es no haber escuchado un violín que te sacuda el alma, sentido una borrachera que te golpeé la conciencia, no haber elegido. Olvidar que todos sangramos rojo, lloramos transparente y amamos como somos, como podemos y que podemos dejar de hacerlo. No haber aprendido que sea ama en un solo pago y no en cuotas sin interés, porque el amor habla de todo, menos de desinterés.
Es no haber viajado a ese sueño que nos despierta de la realidad, a dos cuadras de donde morimos o a mil kilómetros de donde vivimos. No haber gritado una pasión, no haber lamentado una desilusión que alguna vez compramos en forma de quimera y pusimos en venta. No haber levantado una bandera, hablar más de verdades que de validez, contemplar con somnolencia, no gemir  y vociferar un orgasmo, no haber respondido alguna vez con let it be, haber permitido que dejarlo ser, nos haya impedido hacer. No mojarse
con la lluvia, no bailar desorganizadamente. Ver pasar los años en un espejo y no en el encuentro de dos miradas, no haber escuchado académicamente a un borracho, seguir siempre a los sobrios. Dejar que el discurso histórico del pecado nos detenga. Es creerle a la frase maldita de “la gente dice”, es creer lo que toda esa gente dice, es creer que eso cambia quienes somos; es no escuchar nada. Es profesar otras extremidades que no son la de los brazos que abrazan o los besos que envuelven.
Es creer que al terminar de escribir esto, sea para siempre, no permitirme que se encienda fuego y pueda crear otra observadora en el mundo.
El problema es creerle a la frase: - “plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo” sin darle espacio a la libertad de ser, únicos, no ver que existimos en la libertad de decir sí y no.
El problema real de la edad es que la suma dé en números negativos.
Es no tomar la idea  de que vivimos con los mejores valores que pudimos formar, para que el día en que pasemos el frío umbral donde dejemos de vivir estemos los suficientemente abrigados, sin deudas, perdones o te quieros pendientes. Cargados sólo, de una nostalgia consejera, que nos cuente del mundo que dejamos, en el que no somos imprescindibles pero donde fuimos irremplazables.





Imagen 1: La persistencia de la memoria, obra de Salvador Dalí.
Imagen 2: Saturno devorando a su hijo, obra de Francisco de Goya.

martes, 20 de agosto de 2013

Huellas, marcas, rastros…

Y hoy, que en está soledad me converso tu compañía, no le creo al paso del tiempo cuando me dice que puede entregarte al olvido. Al olvido puedo ofrecerle nuestra mentira pero nunca le daré nuestra metáfora de amor.

Y hoy, que me dejaste con una historia de amor para siempre entre los dientes y un fracaso que se esconde detrás del tiempo, hoy las puertas del purgatorio tienen tus llaves.
Y ayer, que desnudamos confianza, le hicimos el amor a la conciencia y nos desarmamos en la inconsciencia. Ayer no tiene perdón.
Y ayer, que fuimos una historia épica pintada en sepia, ayer es pasado.
Y ayer, que hice verdaderos perdones que no tenían más que la verdad de tu ofensa por huirle a la verdad, ayer es sólo decepción.
Y hoy, tan vacío que ni la coincidencia nos encuentra, hoy desde los cielos fuimos al inframundo.
Y entre ayer y hoy, queda la nostalgia de la grandeza, un sentimiento trunco y desesperar la espera. Queda todo lo que quise ser para que seamos más.
Pero hoy, hablemos en serio, mirémonos el alma a través de los ojos y no nos digamos todo lo que pudimos ser, no hablemos de los sueños que teníamos y mucho menos contemos que no estaban dentro de la atmósfera. Hoy con el alma en la mirada solo digamos que fuimos más que una conquista, digamos que fuimos más que un instante.
Te hablaré de tus lagrimas sólo para mostrarte el recorrido, te diré que empezaron entre una caricia y un acordeón, y  caminaron por esos espacios pequeños que he recorrido con la experiencia de un cartógrafo, digamos que sólo dejaron tus límites para entrar en los míos y la humedad borró cada frontera. Digamos que los pasaportes no eran necesarios en la tierra de las almas y que apagamos las sombras con la luz del alba.

Te besaría una huella, una marca, y sería tan solo un rastro. Besaría el miedo de saber que al besarte, correría el riesgo de creer que sos la misma persona a la que alguna vez amé estrepitosamente.  Y lo haría… porque si te vieras con mis ojos…

jueves, 31 de enero de 2013

Janus, una historia de dioses un presente de humanos.


            Janus era conocido en Roma como el dios de los principios y los finales, con sus dos caras apuntando al oriente y al occidente tenía una fuerte trascendencia para un pueblo que vivía continuamente en guerra, usualmente se lo veneraba pasando debajo de su puerta y se creía que de ésta manera les daría suerte a los guerreros romanos que iban en búsqueda de alguna conquista. Se le rezaba  a comienzos de cada mes, sobre todo en enero ya que en ése mes se despedía un viejo año y se daba la bienvenida al año venidero. A partir de éste dios es que se le dio a Enero su nombre.
            No es casualidad identificarnos con historias o dioses como estos ya que a diario comenzamos una nueva historia, escribimos nuevas páginas y lanzamos nuevas promesas al viento, tal vez lo hacemos lentamente o en una ráfaga, con la sensación de terminar a seis metros bajo tierra y de repente aparecer cinco metros sobre el cielo y a tu lado. Sos la adrenalina que me pasea por el cielo y el infierno, el suspiro de un amanecer y la esperanza de la desesperanza, del correr a cielo abierto y caer sobre el suave pasto, me recordaste que el cielo estaba en cada instante aunque la sensación de siglos de no haberlo visitado lo había llenado de polvo, creaste una aventura en cada esquina y me haces caminar esas cuadras dejando de lado un vehículo que no sea mis pies y tu mano. Volví a ver semáforos de colores y entiendo todos los días un poco más que está bueno tomar un color para frenar, para respirar y llenarme de un espacio que era tan poco mío y tanto menos del mundo que me rodeaba, no sos nada de lo que pensé que querría y sos todo lo que quiero. Salvaje de paso lento y ritmo agraciado me presentaste a Janus, cómo fue que te arrojaste a mi vida cuando la ocupación por algo que ya ni recuerdo me había dejado caer en la monotonía, cómo me presentaste una parte de mí que en el letargo estaba muriendo, tantos cómos se acumulan entre vos y yo que espero nunca poder responderlos, espero que ese misterio que algunos llaman amor permanezca en la incógnita de no saber nunca cómo entraste a mi vida y deseando que no salgas de ella.
            Tan cuerdo y tan disparatado es así como vos y yo nos conocimos, en el final de una historia, en el principio de la nuestra.

19/01

viernes, 18 de enero de 2013

Estandartes, bombos y redoblantes.


        Existe un lugar recurrente dónde todos caemos en algún punto, sin ser fanática de las generalidades me he encontrado en ciertas circunstancias atrapada por el sentimiento de que no existe corredor lo suficientemente rápido como para escapar de la fe. Recuerdo que hace muchos años escuché una entrevista donde el entrevistado decía que la fe era esa creencia profunda en algo de lo que no hay prueba de su existencia, y como creo que muchas veces no tenemos esa evidencia o prueba porque no queremos buscarla o porque complejamente no podemos encontrarla es que he decidido simplemente escribir a cerca de “aquello”. Puede que el concepto de “fe” haya sido cooptado por algunos grupos fanáticos que la disfrazaron de símbolos, lugares, pecados, normas, leyes, en fin, la constituyeron dentro y fuera de un sistema que albergaba o despojaba, que nos hacía y hace parte o nos deshace a parte. 

        Es complejo descubrirnos dentro de la creencia cuando aceptamos la realidad como “se nos ha sido presentada”, cuando no vemos la posibilidad de ir más allá, incluso el revolucionario, el jugador de reglas paralelas que se contrapone y pelea contra una masa también ha comprado su librito para accionar, creyente que su línea corresponde al cambio instaura una nueva forma, coloca a través de los medios que posee un diferente en el mundo, un raro, un incomprensible, una obra maestra, un condicionante o simplemente una intención. Eric Hoffer, un escritor y filósofo norteamericano escribe en uno de sus libros llamado de The True Believer (el verdadero creyente) algo así como que en realidad las masas se mueven de manera permanente cuando se identifican con un propósito pero que pueden ser maleables con el carisma de un líder que aunque falto de muchas facultades posee esas características distintivas del resto. Lo destacable de su estudio fue para mí encontrar que nunca cesa ese movimiento, sino que se regenera, sería algo así como que cambiamos la creencia, nuestra fe se desvía o toma colores diferentes pero permanece en sí misma. 

        Todavía nos golpean “las tres humillaciones u ofensas al amor propio humano” de Freud cuando nos abofeteó con la ruptura de las creencias de que éramos únicos en el mundo y nos recalcó que Copérnico nos dejó en un minúsculo espacio del universo o Darwin no espantó al hacernos herederos de los monos, sin olvidar que el mismo Freud nos dio el tiro del final con su famoso inconsciente y nos despojó de algo que durante décadas utilizamos como respaldo de lo real, la conciencia de sí. Puede que estas hayan sido rupturas de grandes creencias, de profundos paradigmas, sin embargo miles nos recorren para que podamos vivir de la manera que lo hacemos, de las que creemos como positivas o negativas según el actor que elegimos ser en ésta obra dramática que ni Shakespeare podría representar en un escenario lleno de polvo de olvido. 

          Muchas veces me encuentro, me odio o me reconforto con la idea de no poder entender una creencia diferente, muy posiblemente es en ese espacio donde se fundaron términos como el respeto, la tolerancia, la comprensión, el entendimiento, y muchos más, haciendo de cada uno de ellos una gran corriente epistemológica, antropológica y social de cómo nos relacionamos en el mundo, sin embargo como busco que cada escrito tenga su propósito me gustaría reflejar cuál es el de éste, aprender y recordar a cada instante que cuantos más seamos habrán más formas de ser en el mundo, seremos más interpretaciones e intenciones caminando, seremos portadores de creencias y de fe, como dice mi abuela… cada maestrito con su librito, tal vez siempre estemos a tiempo de sentirnos identificados o de romper con la corriente.

        El que camina con multitudes y el que las atraviesa con una bandera diferente es tan poseedor de una creencia como de su respiración porque de alguna forma nos realizamos en la doctrina de vivir… o tal vez no.


        El día que el Guernica y yo nos conocimos en el museo Reina Sofía de Madrid comprendí que hubo un hombre que no creía en muchas cosas, pero creía en otras y que su manera de mostrarlas al mundo era a través de unas cuántas pinceladas... y tan mal no quedo! 

Eternamente gracias Pablo!!

martes, 8 de enero de 2013

Amistad a dientes desnudos


            Alguna vez escuché algo así como que el amor es lo único que crece cuando se comparte y las penas se achican cuando las dividimos entre varios, hay diferentes tipos de amores y de penas pero siempre están aquellas personas que te acompañan a pasear por unas y otras… algunos son amores a primera vista, otros entran despacito por la puerta de atrás.
            En días en que nos debatimos sobre el final del mundo, donde armamos mesas tan largas que olvidamos quién está sentado en la otra punta y cuando algunos creen en cadenas de miles de personas con un mensaje del que puedo o no hacerme cargo, yo recuerdo al principito, ese majestuoso hombre que fue domesticado por un zorro, al  que le pidieron que se siente cerca un día, más cerca al día siguiente y le enseñaron el significado de domesticar, le explicaron sabiamente que era el valor de crear lazos. En ese momento donde la miseria se hace grande y sobran brazos para hacerse cargo, donde con sinceridad nos muestran que no existe soledad en el mundo hasta sentir el sabor de la compañía yo elijo poner a mis amigos por sobre el arcoiris y a ese zorro en mis oídos.
            Utópicos como nadie nos llamamos amigos por compartir diferencias y vivir creencias. No a todos le damos lo mismo, afortunadamente no existe el igual, no nos parecemos aunque nos gusten y disfrutemos de la mismas cosas, algunos nos elegimos por melancólicos, porque nos gusta bailar hasta que la ropa cambie de color, terminar corriendo bajo la lluvia a esas horas donde el mundo no se hace cargo de nuestra locura, cuando nadie camina esas calles llenas de noche, esas playas infinitas con barcos que se acercan a compartir camino, por miedosos, por valientes, por descarados, por centrados, nos amontonamos hasta que llega ese momento en que olvidamos el por qué lo hicimos, sólo nos queda saber que hemos sido elegidos y empezamos a vivir en transparencia, sabiendo que estamos, no preguntamos por qué vinimos ni cuándo nos iremos, siendo pilotos y copilotos de una misma ruta, aceptando que algún día podemos cambiar camino, que lo podremos volver a cruzar o complejamente sabiendo que no formaremos parte mas que de un recuerdo nostálgico.
Todavía la gente trabaja, todavía yo trabajo para tener un mejor estilo de vida, estudiamos, nos creamos y desarmamos para adaptarnos a cierta forma de vida, los siete días, las veinticuatro horas, los cientos de minutos y miles de segundos parecen no alcanzar…pero por favor! Estilo de vida es ese abrazo fuerte que te saca el aire, es ese golpe en la espalda que me da mi amigo, ese mensaje de sos un desastre ¿cuándo nos vemos?
            Hace unos días me preguntaron… ¿vos crees que si se acaba el amor se acaba todo? Te invito a conocer a mis amigos, son lo peor que conocerás, te van a dar la sensación de que sin ellos, no hay más allá.
            Cuando nos preguntan a dónde vas a estar, a qué hora vas a venir y la pregunta importante… ¿con quién vas a estar?, sepan que la respuesta no es para nada inocente… significa que el mundo presencia como yo que estoy al lado de alguno de ustedes, que hay alguien que como yo se queda tranquila de que estoy cuidada, de que estoy por qué ustedes me permiten estar. Así que cuando escuchen éstas preguntas, no reparen en contestar que estoy con mi gente… esos insolentes creadores de promesas, descarados creyentes de murga de barrio, arrabaleros en la noche y el día, malas influencias para la tristeza, cómplices de pies descalzos, sonrisas grandes y dientes desnudos.
            Esas noches donde atada al presente no quiero dormir por el miedo a que mañana algo sea diferente entiendo que nada da lo mismo y que siempre hay otra oportunidad de ser,  ser diferente, de ser lo mismo, de ser cambio o ser perpetuación en el tiempo… de ser a su lado.
            No se asusten si les digo que mis amigos no tienen nada para entregarle al mundo, es que vivo con la sensación de que me lo han entregado todo a mí.
Ahora si, feliz navidad, feliz cumpleaños, pascuas, carnavales, feliz hoy, feliz ayer, feliz mañana, feliz el calendario que ve los días pasar a su lado.
Gracias.